Los retos de la movilidad periurbana

Movilidad periurbana: los hechos

En primer lugar, merece la pena echar un vistazo al estado actual del transporte suburbano. Hoy en día, los estilos de vida alejan a muchas personas de las grandes ciudades, y los territorios son ahora muy extensos. La gente depende completamente de los medios de transporte rápidos para desplazarse. Sin embargo, con poco o ningún transporte disponible, los habitantes de las zonas periurbanas se ven obligados a utilizar sus propios vehículos para todos sus desplazamientos. Ya sea para ir al trabajo , para el ocio o para acceder a diversos servicios, el coche es el rey.

Esto plantea varias cuestiones:

• El impacto del uso del coche en la congestión de las grandes ciudades y en el medio ambiente;
• La brecha entre los que tienen un vehículo y los que lo hacen todo a pie (acceso al empleo y a los servicios).

Esto lleva inevitablemente a la necesidad de repensar el transporte periurbano, para facilitar los desplazamientos, descongestionar las grandes ciudades y preservar el medio ambiente.

Los actores de la movilidad periurbana tienen varias misiones, que responden a 5 retos esenciales.

Hoy en día, las zonas rurales son extremadamente dependientes del coche y están sobremotorizadas. Por lo tanto, la movilidad rural se ha convertido en una prioridad política, ya que se trata de una cuestión social, económica y medioambiental.

1. Acompañar a los usuarios del primer al último kilómetro

Las zonas periurbanas suelen contar con una oferta de transporte muy limitada, consistente en el transporte escolar y el transporte público, como los autobuses regionales o el transporte ferroviario.

Aunque estos medios de transporte son muy utilizados, no son suficientes para satisfacer la demanda de movilidad, sobre todo en los primeros y últimos kilómetros. Es importante poder ofrecer soluciones de movilidad, como el Transporte a la Demanda (TAD), que permiten a los ciudadanos incorporarse a los transportes existentes y estructurantes, como el RER, el TER o el Transilien, pero también recorrer los últimos kilómetros entre la última parada del transporte público y su domicilio.

2. Descongestionar las carreteras

La falta deoportunidades de movilidad en las zonas suburbanas tiene un impacto directo en las zonas urbanas. Si los usuarios no tienen más remedio que ir al trabajo en coche, los centros urbanos se asfixian y la red de carreteras se ahoga. Las ciudades, ya saturadas por los habitantes de las urbes que se empeñan en conducir en medio de la ciudad, reciben ahora todos los coches y otros vehículos de los habitantes de las afueras que buscan soluciones de movilidad, lo que provoca atascos y crea grandes problemas de aparcamiento. Elreto de la movilidad periurbana en este caso es ser capaz de aliviar la congestión en los centros de ciudades ofreciendo soluciones de desplazamiento colectivo.

3. Reducir la brecha entre la ciudad y la periferia

Las zonas de baja densidad también sufren la exclusión de ciertas poblaciones. De hecho, la dependencia del coche debilita las categorías de personas que no tienen la posibilidad de conducir o tener su propio coche. Es el caso, sobre todo, de las personas discapacitadas, los ancianos y los jóvenes, pero también de los hogares más desfavorecidos. Sin coche y con una oferta de transporte insuficiente, estas personas no tienen el mismo acceso a los servicios y al empleo que los demás. Esto crea una división entre los suburbios y la ciudad, margina a una gran parte de la población y la coloca en una situación precaria. Así, la creación de un servicio Transporte a la Demanda es una de las soluciones que pueden utilizarse para reducir la brecha entre la ciudad y el extrarradio.

4. Reducir la huella ecológica

Como todos sabemos, los coches tienen un impacto dramático en nuestro medio ambiente. Las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado considerablemente en los últimos 30 años, y el parque de viviendas se ha duplicado. Las zonas periurbanas se ven especialmente afectadas, ya que representan el territorio más motorizado.

Por lo tanto, la cuestión es también medioambiental, y las zonas periurbanas pretenden reducir el uso de vehículos personales. Esto tendrá un impacto directo en las emisiones de CO2 y el consumo de energía. Para ello, el Transporte a la Demanda es también una solución más limpia, que permiteoptimizar los desplazamientos de todos.

5. Reforzar la intermodalidad

La intermodalidad consiste en utilizar varios modos de transporte para realizar un mismo trayecto. Encaja perfectamente en el caso de las zonas periurbanas, donde la oferta es insuficiente. Al completar la red con alternativas al vehículo privado, las zonas periurbanas consiguen limitar el uso del coche y favorecer una forma de movilidad más suave. Estas soluciones pueden adoptar la forma de transporte compartido o de Transporte a la Demanda, y permiten a los viajeros periurbanos llegar a las principales rutas de transporte sin tener que sacar su coche del garaje.

El MaaS (Mobility as a Service) forma parte de este enfoque al ofrecer a los usuarios, a través de una aplicación móvil, la creación de itinerarios a medida, teniendo en cuenta todos los medios de transporte disponibles.

Por tanto, la cuestión es también medioambiental, y las zonas periurbanas pretenden reducir el uso de vehículos personales. Esto tendrá un impacto directo en las emisiones de CO2 y el consumo de energía. Para ello, el Transporte a la Demanda es también una solución más limpia, que permiteoptimizar los desplazamientos de todos.