Muchas zonas periurbanas poco pobladas toman la decisión de no ofrecer transporte público, en lugar de hacer funcionar los autobuses vacíos. Por tanto, los afectados se ven obligados a utilizar sus propios coches para desplazarse.
Muchas zonas periurbanas poco pobladas toman la decisión de no proporcionar transporte público, en lugar de hacer funcionar los autobuses vacíos. Por tanto, los afectados se ven obligados a utilizar sus propios coches para desplazarse. El Transporte a la Demanda (TAD) ofrece la posibilidad de prestar un servicio de transporte en estas zonas y de devolver a la gente a los nodos de transporte existentes. En este sentido, el TAD es una parte integral del transporte multimodal. Averigüemos por qué.
En concreto, el transporte multimodal, que también puede denominarse transporte combinado, consiste en transportar pasajeros o mercancías de un punto a otro utilizando al menos dos modos de transporte diferentes de forma sucesiva.
Si hasta hace poco este concepto giraba en torno al transporte de mercancías y pretendía optimizar los costes de producción y entrega, ahora también afecta a los viajeros. El transporte multimodal se refiere, por ejemplo, a una persona que toma un autobús, un avión y luego un taxi para ir de vacaciones o al trabajo. A menor escala, el transporte combinado también puede establecerse para un viaje corto de trayecto de casa al trabajo, utilizando el autobús, el metro, el tranvía, el coche o el tren.
El TAD es una oferta especialmente relevante cuando la demanda no es muy densa, ya sea en una zona con mal servicio o en momentos del día en que la demanda es baja. De este modo, permite unirse a las redes fijas existentes, por lo que se ajusta perfectamente al principio del transporte multimodal.
Las soluciones de transporte a la demanda permiten a las personas que viven en zonas con malas conexiones de transporte público llegar a puntos estratégicos de las redes fijas. Estos últimos se encargan de transportar a las personas a su lugar de trabajo utilizando otros medios de transporte.
La utilidad del TAD es, por tanto, evidente en cuanto al acceso a la zona de empleo de un territorio. Abre las puertas a potenciales empleados que, de otro modo, no habrían podido llegar al centro, pero esta solución también permite descongestionar las carreteras que están demasiado transitadas por los trabajadores que se desplazan al trabajo en sus vehículos personales.
En el marco del transporte multimodal, el transporte a la demanda es, por tanto, un verdadero protagonista de la actividad de las empresas en los territorios.
Al permitir que los pasajeros se desplacen de forma fácil y sencilla a las principales líneas fijas de transporte público, el TAD contribuye en gran medida a descongestionar las carreteras. De hecho, el principio mismo del transporte a la demanda es agrupar a varios pasajeros en el mismo vehículo.
Al formar parte del enfoque de transporte multimodal, el TAD también tiene un impacto en la calidad de la red de carreteras y todo lo que ello conlleva (accidentes, problemas de aparcamiento, retrasos por atascos, etc.).
La ventaja del transporte a la demanda es que es un modo de transporte completamente modular. Por tanto, puede adaptarse perfectamente a las redes existentes. La ADT no requiere la instalación de nuevos equipos ni de infraestructura dedicada, por lo que es muy sencilla de configurar y poco costosa.
Así, cada territorio puede configurar su oferta de TAD en función de sus necesidades y limitaciones, y permitir así a los usuarios llegar a los distintos centros de transporte, ya sea una estación de autobús o de tren, una estación de metro o incluso una parada de tranvía.
Ya sea grande o pequeña, la red Dial-a-Ride puede crearse muy rápidamente y encajar perfectamente en una red de transporte público más amplia. Por tanto, el TAD desempeña un papel en la construcción de una oferta global y es un eslabón esencial de la red, ya que participa en la gestión del último kilómetro.
¿Qué mejor manera de entender un servicio que tener ejemplos concretos? He aquí dos situaciones en las que la introducción del transporte a la demanda contribuye en gran medida al transporte multimodal
Según un estudio de la Autoridad de Regulación del Transporte de Francia (antes Arafer), realizado en 2016, el 90% de la población francesa vive a menos de 10 km de una estación de tren. Así, muchos trabajadores franceses toman el tren para ir a trabajar todos los días. Aunque esta red es lo suficientemente densa como para satisfacer las necesidades de demanda, a menudo es la distancia entre el hogar y la estación lo que plantea un problema para las zonas suburbanas o rurales.
En muchos casos, el transporte está poco o nada desarrollado, y no siempre es posible utilizar la bicicleta. Por ello, el uso del coche privado suele ser la solución preferida.
Al proponer el uso de vehículos compartidos, en horarios y lugares elegidos por el viajero, el TAD permite así cubrir los primeros (o últimos) kilómetros que les separan de otro modo de transporte público fijo y eficaz. Por tanto, el transporte a la demanda forma parte del transporte multimodal y amplía laoferta de servicios públicos existente.
Lo que es válido para las estaciones de ferrocarril lo es también para todas las demás vías de transporte público posibles: tranvía, autobús, taxi, metro, etc. El transporte a la demanda puede incluso permitir a los pasajeros acceder a zonas en las que se desarrolla la movilidad suave. Pueden ir a una estación de alquiler de bicicletas o scooters, lo que a menudo no es posible desde su zona residencial. Mediante el transporte multimodal, el TAD forma parte de un enfoque ecológico, en el que los usuarios pueden limitar sus emisiones de CO2 y contribuir a la protección del medio ambiente.
Padam Mobility ofrece soluciones de transporte a la demanda que se ajustan perfectamente a los desplazamientos multimodales. Sencillo, rápido de montar y barato, el TAD de Padam Mobility puede integrarse fácilmente en una red existente, ampliando así laoferta de transporte a las zonas suburbanas y rurales.
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